El último sábado, los jugadores del Plantel Superior de Old Resian, coordinados por sus entrenadores, tuvieron la idea de dejar algo más que los resultados en cancha. Normalmente, entregan todo dentro del campo de juego, tratando de transmitir o expresar una identidad de juego dinámica y agresiva, en la búsqueda de obtener resultados o rendimientos que contagien a todo el entorno social del club. Pero esta vez quisieron transmitir algo más.

Todos los años, a fines de temporada, los grandes juegan con los chiquitos en un ritual de cierre de año rugbístico, homenajeando así la perseverancia de un club en pleno desarrollo. El sábado pasado, los jugadores tuvieron la iniciativa de no esperar al final de este ciclo y, en manera de agradecimiento, decidieron realizar un entrenamiento para infantiles donde los entrenadores fueron ellos mismos.

Aprovechando la ventana por el partido de Los Pumas e Inglaterra, los jugadores de Primera ilustraron y ejecutaron los formatos de los entrenamientos de destrezas para infantiles. Pero más allá de la parte técnica, quisieron transmitir el entusiasmo y los valores que quieren dejar en los más chicos, buscando formar una identidad y cultura de club que perdure en el tiempo.

Ellos dictaron el entrenamiento, jugaron y se divirtieron con los infantiles, interactuaron con los padres y los entrenadores designados para cada una de las divisiones y, al final de la jornada, disfrutaron de un excelente almuerzo organizado por los managers, del cual participaron junto a los chicos, padres y directos interesados.

No es normal, ni siquiera en los clubes grandes, que los jugadores de Primera División tengan esta predisposición para las actividades de club. Pero más raro aún, es que estas actividades sean  propuestas y realizadas por propia iniciativa de los jugadores referentes de Old Resian.

Esto demuestra las ganas que tienen los chicos grandes de transmitir valores, de crear y contagiar un sentido de pertenencia y, por sobre todas las cosas, de colaborar con la cultura de una “familia tricolor”, llevando la camiseta en alto todos los sábados y educando la ambición de ser parte de la Primera División del club en los pequeños jugadores de hoy, que serán los campeones del mañana.