Noticias Rugby · 10 de julio de 2016

UN FINAL INESPERADO

Old Resian arrasó al comienzo y lo ganaba 17-3; pero en el segundo tiempo se desmoronó y Estudiantes, sobre el final, se lo dio vuelta. Todavía hay chances de clasificar.

Según la Real Academia Española, la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. La resiliencia es, justamente, lo que necesita Old Resian en las próximas tres semanas, donde buscará abrochar la clasificación a la próxima fase del Regional del Litoral.

La derrota ante Estudiantes, en Paraná, significó un nuevo golpe. Durísimo. Inesperado, porque la cosa marchaba a la perfección, al menos en el primer tramo del partido. En tan solo diez minutos, el tricolor ya había marcado 14 puntos, fruto de un try penal y otra conquista de Diego Acuña, ambos convertidos por Nazareno Valentini.

El conjunto comandado por Juan Manuel Queirolo y David Dinolfo estaba en su día. Le salía prácticamente todo. Concentración, orden e inteligencia para saber cuándo y por dónde atacar. Pero le faltó algo, que lo terminó condenando: efectividad. El tricolor, sin exagerar, tuvo situaciones muy claras en las cuales se volvió con las manos vacías. El dominio era evidente, pero le faltó concretarlo en el resultado.

Estudiantes, que hasta el momento estaba dormido, de a poco se fue despertando. En la última jugada del primer tiempo llegó al descuento y en la segunda etapa, con el ingreso de Juan Zabalegui, tomó el protagonismo y dejó en shock a Old Resian, que se olvidó de todo lo bueno que había hecho.

De ganarlo 17-3, pasó a perderlo 23-17. Se recuperó y logró empatarlo, aunque en el final, en una jugada desafortunada, los paranaenses llegaron al try y le pusieron fin a la historia.

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