Aprender de los mejores. Ése es el objetivo principal de Old Resian en el Nacional de Clubes y no se debe perder de vista bajo ningún concepto. Ayer, en Virrey del Pino, hubo una nueva lección de lo que signfica jugar al máximo nivel en nuestro país. Enfrente estaba nada menos que el monarca de Buenos Aires y subcampeón nacional, reputado principalmente por su pack de forwards (para muchos, el mejor del país).

El problema no fue la superioridad de Belgrano, que la hubo sin lugar a dudas, sino que Old Resian no pudo imponer su estilo y ritmo de juego en ningún momento. Entró a la cancha pasado de revoluciones y lo pagó caro en los primeros diez minutos, donde el marrón sacó una diferencia de 12 puntos. La indisciplina le permitió al campeón porteño hacer lo que mejor sabe: arrinconarte con el pie y someterte con el scrum o maul. Lo básico, pero ejecutado a la perfección. Sin buscar fórmulas mágicas.

Otra complicación fue la escasa cantidad de pelotas que se obtuvieron a partir de las formaciones fijas. En el scrum, si bien no fue para atrás, las pelotas propias salieron muy sucias, mientras que del line out prácticamente no hubo pelotas para poder lanzar el juego. Se agotaron todas las variantes, pero no hubo caso. Habría que analizar el porqué viendo detenidamente el video del partido pero, a priori, hay algo claro: hubo un detallado estudio por parte del rival.

Además, apareció una última complicación, que fue el lugar por dónde atacar. En ese sentido, el tricolor erró el camino. Fue por el lado corto, donde se sabía que Belgrano no iba a ser superado, en vez de trasladar el juego hacia afuera para tratar de desequilibrar a la defensa y que aparezcan los espacios. Era el plan inicial, pero no se pudo llevar a cabo. Algunas de las razones provienen de lo mencionado anteriormente, como la obtención y la indisciplina.

Con calma y sin desesperarse, Old Resian arranca una nueva semana con el foco puesto en Regatas de Bella Vista, que superó 35-32 a Huirapuca. La misión será recuperar la solidez en las formaciones fijas, la paciencia e inteligencia que apareció ante Huirapuca y, finalmente, la dosis de juego que distinguió al equipo en el último tiempo. No será nada fácil, pero hay que animarse a hacerlo.